Igualitos que las yuntas de bueyes…
Cierto, cierto, esto ya lo habíamos dicho, pero ahora que vemos que salen aspirantes a candidatos para el 2024 hasta debajo de las piedras y la mayoría de ellos son igualitos a las carretas vacías, vale recordar.
Dicen que en política hay tres clases de personajes, los buenos, los malos y los peores, muy parecidos entre sí, cuando andan encampañados juran ser diferentes, pero al final, por lo general terminan siendo y haciendo lo mismo.
Todos, o la gran mayoría de los políticos, son muy parecidos a las carretas de rancho que generalmente son jaladas por una yunta de bueyes y tienen un destino, lo dice la sabiduría popular, y va de boca en boca, o ahora, de mail en mail.
La carreta puede ser cualquiera, los bueyes pueden ser sus objetivos o ideales que les mueven, el yugo sus propios temores, la rienda a quienes se deben, y destino es hasta dónde quieren o les permiten llegar.
Y si, la gran mayoría de los políticos son como las carretas cuando van vacías, hacen mucho ruido, aunque avancen despacio, son escandalosas y sus huellas superficiales, son jaladas por un par de bueyes que en ocasiones no se entienden entre ellos, les molesta el yugo y aunque tienen un destino en ocasiones ni alcanzan a llegar.
Otras son como las carretas que van llenas, también tienen una meta y son jaladas por una yunta que han logrado hacer mansa con inteligencia y sabiduría, mientras avanzan lo hacen silenciosamente, tanto, que en ocasiones ni se percibe su andar, pero van dejando huellas imborrables.
A ese tipo de políticos el pueblo en su momento con el voto de confianza les premia porque hicieron las cosas bien, se condujeron correctamente, no se salieron del camino, ni se deslumbraron con espejismos.
La lógica de la vida nos dice que cuando las personas están vacías y carecen de buenas intenciones, de un buen proyecto o respaldo, regularmente hacen mucho ruido para que se note su presencia, pero se engañan a sí mismos.
Los ideales de los políticos que son como las carretas vacías, semejan dos bueyes sin rienda que lo mismo avanzan para un lugar que para otro, mientras que ellos siempre sueñan con llegar a un exitoso destino, pero en su afán por lograrlo van pisoteando dignidades o enlodando conciencias, razón por la cual corren el riesgo de que se rompa la correa y caigan sin poder levantarse.
Aparte, como sus huellas son efímeras y ligeras porque pasaron sin dejar vestigio de su andar, quedan pronto en el olvido, hasta los que les escucharon o en su momento el juego les siguieron, por así convenir a sus intereses preferirán marcar sana distancia.
En cambio, las personas que llevan su vida llena de buenas acciones, un proyecto estable y cuentan con el respaldo suficiente, tienen la conciencia con carga ligera y su caminar es tranquilo, sin hacer ruido innecesario su presencia es notada por sus acciones, sus ideales son como la yunta mansa que les conduce por el camino correcto, se actúa con sensibilidad y respeto por la vida y todo lo que les rodea, sus huellas las irán dejando en su andar sin hacer tanto ruido y ni el vendaval más furioso podrá borrarlas por completo, en la mente de muchos perdurarán las acciones o el convencimiento para seguir a esas personas y se lograra el efecto deseado pues marcan la diferencia entre los malos y los peores.
La gente agradecida siempre les tendrá en su recuerdo, les serán fieles y sin condiciones estarán prestas a respaldarles con el voto de confianza, a brindarles apoyo cuando así lo requieran.
Claro, en este contexto podemos clasificar a todos los seres humanos, donde hay buenos y malos, pero aplica aún más en estos tiempos a un buen puño de políticos que juran que en su caminar han dejado huella, que han hecho bien las cosas, pero que se les olvida que su paso ha sido efímero, que el pueblo tiene otros datos y no les recuerda con agrado porque no han dejado vestigio de acciones de beneficio colectivo.
Cualquier semejanza de uno que otro personaje de la política actual con las carretas de rancho vacías jaladas por bueyes broncos es mera coincidencia. Y si, a esos, el pueblo sabrá como amansarlos o dejarlos que se desboquen.
Rosa Elena González
Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10
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